Astigmatismo, daltonismo, hipermetropía, miopía, presbicia, estrabismo…Todos estos trastornos de la vista y problemas visuales son frecuentes. La mayor parte de las personas que utilizan gafas o lentes de contacto los padecen. Algunas definiciones para comprender mejor estos problemas de vista:
El astigmatismo consiste en no ver correctamente ni de lejos ni de cerca. Las líneas verticales, horizontales u oblicuas son mal percibidas o deformadas. Algunas astigmáticos confunde los caracteres como M, N y H; o 8 y 0.
Este defecto visual se debe a una “curvatura de la córnea incorrecta”. En el caso del astigmatismo, los rayos se focalizan en diferentes lugares, delante y detrás de la retina. La imagen transmitida al cerebro es, por esta razón, confusa.
Se trata de una anomalía de percepción de los colores; un monocromático solo ve en blanco y negro; un tricromático anómalo percibe mal el rojo, el verde o el azul. La retina está compuesta por foto receptores que permiten la visión de día y de los colores (los conos) y también la visión nocturna (bastones). La cantidad y la naturaleza de los conos que dispone una persona determinan su visión de los colores. El daltonismo es un defecto genético irremediable, sobre todo masculino. Su detección precoz es importante para permitir a la personas que lo padezcan una adaptación en el menos tiempo posible.
La hipermetropía es un defecto visual debido a que el ojo es demasiado corto: la distancia entre la córnea y la retina es insuficiente. La imagen se forma detrás de la retina, lo que explica que los hipermétropes ven mejor de lejos que de cerca. La visión nítida solo es posible forzando la acomodación, lo que a largo plazo, es bastante agotador. Este defecto viene acompañado muchas veces por una sensación de fatiga visual. En los niños, la hipermetropía se acompaña a veces de un estrabismo convergente debido al esfuerzo de acomodación del ojo.
La miopía es un defecto visual debido a que el ojo es demasiado largo, lo que significa que la distancia entre la córnea y la retina es muy grande. En esos casos, la imagen se forma por delante de la retina, provocando que el miope tenga problemas para ver las cosas de lejos, pero no de cerca. Cuanto más miope sea la persona, más se tendrá que acercar a un objeto para distinguirlo claramente. Generalmente la miopía aparece entre los 7 y 14 años y se estabiliza entre los 20 y 25 años. Sin embargo, algunas formas de miopía pueden aparecer a cualquier edad y evolucionar de diferentes formas.
La presbicia produce una mala visión de cerca y obliga a quien la padece a estirar el brazo para leer la etiqueta de un envase, un periódico o un libro. Se trata de una evolución natural de la visión que se desarrolla alrededor de los 45 años y se estabiliza hacia los 60 años. Indica un envejecimiento del cristalino, la parte del ojo que se contrae y descontrae, para enfocar los objetos cercanos o lejanos. Pasados los 45 años, el cristalino se vuelve menos elástico y no cumple más su función correctamente, la facultad de acomodación del ojo sigue disminuyendo hasta desaparecer completamente después de los 60 años.
El estrabismo consiste en una afección frecuente sobre todo en los niños pequeños. Más allá del aspecto estético, esta anomalía visual está asociada a menudo a un trastorno más o menos grave de la visión. La desviación de los ojos es provocada por un mal funcionamiento de los músculos oculares que, al no tener la misma fuerza, actúan de forma desequilibrada. Una persona que sufre de estrabismo no puede gozar de una visión binocular, es decir, que no puede utilizar simultáneamente los dos ojos y ve solo en 2 dimensiones, con un campo visual reducido.
Información extraida de AlloLunettes.com. Imagen por la cortesía de Eric May.