Si usted lleva gafas para corregir su miopía, hipermetropía o astigmatismo, probablemente le habrán hablado de los tratamientos anti-reflejantes para los cristales de sus gafas graduadas.
Seguramente se habrá preguntado, ¿qué es un anti-reflejante y para qué lo necesito?.
Además seguro que si ha pedido precio de las lentes con o sin ese tratamiento habrá visto que la diferencia de precio entre ambas opciones es bastante consecuente, así que es legítimo que se pregunte para que sirve un tratamiento anti-reflejante y porqué debería ponérselo a sus lentes, sobre todo si trabaja con ordenador o dispositivos digitales.
Vaya por delante que los tratamientos anti-reflejantes se pueden elegir con todos los tipos de lentes que existen en el mercado, que todos los fabricantes los proponen y que no tienen ningún tipo de impacto en la elección de la montura.
Me atrevería a decir que todas las gafas graduadas deberían llevar lentes con tratamiento anti-reflejante, siempre y cuando económicamente puede permitírselo aunque el incremento de costo no sea en muchos casos demasiado importante o asumible en vistas de sus ventajas para su visión.
Una gafa con lentes sin tratamiento anti-reflejante no deja pasar toda la luz que le llga.
Según el material de la lente está pérdida se sitúa entre el 8 y el 16% de la luz, la cual es reflejada y con esto se traduce por una disminución de la calidad visual del usuario. Con un buen tratamiento anti-reflejante entre el 98 y el 99% de los rayos de luz pasan a través de la lente. La lente tratada tiene una transparencia casi perfecta.
Este tratamiento es beneficioso para todo el mundo, pero es fundamental en usuarios de gafas que trabajan en oficinas y pasan muchas horas delante de sus pantallas de ordenador, un ambiente de trabajo donde las fuentes luminosas llegan hasta sus ojos por todas partes ( cara interna y cara externa).
Una opción interesante es añadir al tratamiento un filtro para bloquear la luz azul que emiten los dispositivos móviles y las pantallas.
La reducción de reflejos mencionada anteriormente es de gran ayuda en condiciones de baja luminosidad.
Aún más cuando estamos conduciendo ya que el anti-reflejante permite reducir el deslumbramiento provocado por los faros de los coches, mejorando de esta manera el confort visual y permitiendo reaccionar antes frente a una situación inesperada.
Pero además estos tratamientos permiten incrementar el contraste, lo que se traduce por un mejor reconocimiento de los colores.
En este caso no cabe duda que todo el mundo se beneficiará de las virtudes del anti-reflejante, pero son sobre todo las personas mayores, cuyo tiempo de reacción se ha visto reducido con los años y que en condiciones de baja iluminación pueden tener más problemas para reaccionar rápidamente.
Póngase delante de un espejo, pruébese unas gafas sin anti-reflejante y verá.
Verá que las gafas no dan su justo valor a sus magníficos ojos y que terminan penalizando estéticamente el resto de su look.
Ahora póngase una gafa con anti-reflejante.
Es otra cosa, todos disfrutaremos de sus ojos y usted disfrutará de un complemento de moda que pondrá en valor el resto de su imagen. Y todo ello porque los reflejos de sus cristales habrán desaparecido.
Si quiere llevar unas gafas a la moda, no deje de invertir en un tratamiento anti-reflejante para sus cristales.
Hoy en día los grandes fabricantes han realizado esfuerzos enormes en términos de investigación y desarrollo para conseguir lentes con tratamientos de alta calidad.
Es recomendable exigir a su optometrista unas lentes de un buen fabricante y a poder ser con certificado de autenticidad.
Si siempre está peleándose con sus gafas para limpiar sus cristales, sepa que los tratamientos anti-reflejantes actuales son capaces de repelerlo prácticamente todo: el polvo, el agua, la grasa de los dedos…
Algo que hace que la limpieza de la lente sea mucho más sencilla, rápida y duradera.